sábado, 6 de junio de 2009

Evaluación e Innovación

Propuesta de innovación en evaluación aplicada a un centro educativo

Después de realizar la lectura y reflexión en cuanto al tema de innovación en evaluación nuestra propuesta es la siguiente:

La evaluación es un proceso permanente que nos permite tomar decisiones y redireccionar nuestra acción docente, de acuerdo a las evidencias de aprendizaje detectadas en nuestros alumnos. Por esta razón, la evaluación no se trata de un elemento estático dentro del proceso, sino más bien, dinámico y en constante reconfiguración e innovación. Es, desde este punto de vista, que planteamos las siguientes ideas de innovación: debemos modificar la concepción de evaluación considerando sólo los objetivos de aprendizaje, para pasar a una visión macro, es decir, se debe trabajar en función de un objetivo global, el cual debe ser alcanzado utilizando metodologías definidas por cada docente. Por ejemplo, considerar que cada asignatura tenga un gran objetivo general el cual será logrado durante un período académico determinado, de manera que el docente dirija gestiones conducentes al logro de este objetivo de forma autónoma existiendo entonces la posibilidad de flexibilizar la toma de decisiones producto de la confianza depositada por los directivos en la acción pedagógica desarrollada por el docente. Desde este punto de vista la determinación de un número específico de evaluaciones por asignatura en un tiempo determinado deja de ser relevante y pasa a tomar importancia el logro del proceso completo.

La finalidad de esta modalidad es la evaluación paso a paso de un proceso que comienza, desde el punto de vista directivo, cuando el alumno ingresa al establecimiento y termina cuando egresa del mismo, mientras que desde el punto de vista del aula, el proceso se inicia al comienzo de un año académico y culmina al final de dicho período.


Para lograr lo anterior es preciso señalar la importancia que tiene la incorporación de una evaluación participativa y contextualizada, de manera que el alumno sienta que forma parte de su proceso de enseñanza y aprendizaje, y que encuentre sentido a todo lo que se le enseña convenciéndose que cada nuevo aprendizaje es útil para su vida, dejando de contar solo con la calificación como evidencia y pasando a considera la evaluación más por el logro de aprendizaje que por la calificación.

Con respecto al trabajo en aula podemos sugerir como elementos metodológicos innovadores: la elaboración de proyectos, la producción de textos escritos (ensayos, monografías), construcción de mapas conceptuales, trabajo colaborativo, etc. Todas estas metodologías requieren la confección de instrumentos de evaluación tales como pautas de cotejo, rúbricas, autoevaluación, coevaluación, etc; las cuales deben estar en constante construcción y revisión cuidando dos elementos claves: la contextualización y retroalimentación.

Para lograr este cambio en el sistema educativo es necesario hacer algunas modificaciones a nivel sociocultural, fundamentalmente en tres aspectos:

1.- Dejar de lado la excesiva ideología de mercado donde todo está asociado a un resultado a la manera de producto y comenzar a pensar en un resultado que tiene que ver con la formación de un alumno integral que aprende permanentemente para la vida.

2.- Mantener la estructura disciplinaria del saber nos permite organizar el conocimiento, sin embargo, es necesario instalar una visión centrada en el trabajo interdisciplinario basado en la premisa de la necesidad de gestionar el conocimiento apuntando, como mencionamos anteriormente, a la integralidad.

3.- Cualquier innovación que se pretenda desarrollar requiere una inversión de tiempo importante de parte del docente, de tal forma que debe existir un equilibrio racional entre el tiempo dedicado al trabajo en aula y aquel dedicado al desarrollo de innovaciones de las prácticas docentes.